30 septiembre 2006
Me importa un pepino!
Se dice que el consolador o “dildo” es más antiguo que la rueda. Al parecer se inventó más de 20.000 años atrás en la edad de piedra (en el momento que los hombres tenían que salir a cazar y las mujeres se quedaban solas en el poblado), y se han encontrado dildos en tumbas de la dinastía Han en Xian que debían ser usados por las concubinas.
Como todas las cosas, han evolucionado a lo largo de la historia. Los primeros eran de piedra y se los conocía como “empatía de sangre”. Luego, las antiguas griegas utilizaban olisbos, formas fálicas de madera o cuero (los griegos creían que la falta de esperma causaba histeria en la mujer, y les dejaban olisbos cuando tenían que partir durante largos períodos de tiempo). Otros textos antiguos, incluidas las “Mil y una noches” mencionan frutas (bananas), vegetales (pepinos) y otros objetos con forma de pene utilizados como entretenimiento.
En fogonazos, leía ayer la invención del primer consolador con vibrador, inventado por un médico cansado de masturbar manualmente a sus pacientes para curarles la histeria (una práctica muy extendida en el siglo XIX).
Hoy en día existe una extensa variedad de materiales, formas, texturas, y funciones adicionales a disposición de la interesada. También existe un proyecto llamado futurotica que pretende modificar objetos cotidianos (aspiradores, bombas de agua, etc… ) para darles una utilidad más placentera. Y para nosotros, siempre nos quedará el melón y el microondas.


